Tarta crudivegana de manzana y sésamo

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¡Hola de nuevo! Ayer me apetecía hacer un dulce, pero no tenía ningunas ganas de encender el horno, esperar tiempos de cocción… Cuando tienes esta sensación, no hay nada mejor que optar por algo crudivegano.  En unos minutos creé esta riquísima tarta, que más bien tiene la forma de una tartaleta gigante. Es dulcita, pero a la vez tiene el toque del sésamo, las pipas y el coco, me recordó al sabor de algunos dulces árabes.Bueno, no os digo más, tenéis que probarla. Os cuento como crearla…

Ingredientes para la base

  • 100 g de semillas de girasol
  • 100 g de semillas de calabaza
  • 100 g de coco rallado
  • 100 g de sésamo tostado
  • 1 cucharada sopera de aceite de coco
  • Sirope de arce o coco a vuestro gusto: unos 50 ml sería suficiente
  • Pizca de sal marina

Preparación de la base

Es tan sencillo como procesar todo hasta formar una masa homogénea. Primero ponéis el sésamo con el coco, seguido de las semillas (cuando los anteriores comiencen a soltar aceite, es el momento de añadirlas). Para finalizar ponemos el sirope y una pizca de sal. Yo la puse en un molde desmontable de 24 cm, pero puede ser cualquiera que tengáis, eso sí, recordad poner papel de horno para luego poder desmoldarla con facilidad. Incluso podríais hacer mini tartaletas 😀

Ingredientes para el relleno

  • 1 manzana
  • 1 plátano
  • 1 aguacate
  • Un puñado de anacardos remojados
  • Una cucharada pequeña de canela
  • Un chorrito de sirope de arce o coco
  • Una cucharada pequeña de aceite de coco

¿Cómo hacemos el relleno?

Lo mezclamos todo en el procesador que hicimos la base. Después lo echamos encima de nuestra base. ¡Qué rápido y fácil!

Decoración

  • 1 kiwi
  • Semillas de calabaza
  • Sésamo tostado
  • Canela
  • Coco rallado
  • Piñones

En realidad, la decoración es un poco libre, yo opté por el kiwi porque la tarta debe estar toda la noche en la nevera y la manzana se pone muy fea de un día para otro. Además, le da esa tonalidad verde tan bonita (aunque no sea la mejor opción, hablando en temas de nutrición, puesto que las frutas ácidas no deberían mezclarse con las dulces, aun así, un día es un día).

De esta manera, posicionamos el kiwi creando un círculo, en el cual introducimos las semillas de calabaza y espolvoreamos el sésamo. Por otro lado, seguimos rodeando con canela, coco y piñones. Et voilà…

Podremos degustarla cuando se haya refrigerado toda la noche. ¡Todo un éxito, sano y al alcance de cualquiera!



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